El Sugerente Intimismo de Colm Tóibín

Por 17/07/2023 Literatura
Son pocos los escritores que pueden arrebatarnos un suspiro y, al mismo tiempo, sopesar la necesidad de cada palabra. Colm Tóibín (Irlanda, 1955) es uno de esos autores en seguir los pasos de Ernest Hemingway o Joan Didion para crear atmósferas llenas de trascendencia, en las que cada frase reverbera emoción contenida.
Leer a Tóibín es como ver un texto desnudo sobre el papel que exuda tácitos anhelos en nuestras mentes, como el deseo de ser nosotros mismos, de amar libremente, o de simplemente soñar con un mejor futuro.
El sugerente intimismo de Colm Tóibín me sedujo en la novela «The Master» (El maestro, 2004), una de sus obras más aclamadas por la crítica y finalista del Premio Booker. La obra recrea la vida y la intimidad emocional del escritor Henry James.

«El barco avanzaba suavemente sobre el agua oscura. El niño se encontraba en la barandilla, observando la costa, su corazón latiendo rápido. Las luces del pueblo se volvieron débiles y luego desaparecieron. Volvió su rostro hacia el mar y sintió la brisa fresca acariciando su piel. Era como si un peso hubiera sido levantado de él, como si hubiera sido liberado.

A lo lejos, podía ver la luna, un fino resplandor plateado en el cielo negro. Proyectaba un suave brillo sobre el agua, creando un sendero de luz brillante. El niño sentía una sensación de asombro y posibilidad, como si todo estuviera ahora a su alcance.

Recordó las historias que su madre solía contarle, relatos de tierras lejanas y aventuras audaces. Siempre había soñado con zarpar, con explorar nuevos horizontes. Y ahora, aquí estaba, dejando atrás lo familiar y aventurándose en lo desconocido.

A medida que el barco se alejaba de la costa, la emoción del niño crecía. Sabía que frente a él se encontraba un mundo lleno de misterios y maravillas, esperando ser descubierto. Y mientras permanecía allí, rodeado por la inmensidad del mar, no podía evitar sentir una profunda sensación de admiración.»

Identidad, Sexualidad e … Irlanda

La creación de atmósferas íntimas y reflexivas es idónea para abordar dos de sus temas más recurentes: la identidad y la sexualidad. En particular, muchas de sus obras exploran los desafíos y las luchas que enfrentan personajes LGBTQ+ en una sociedad a menudo intolerante.
En «Brooklyn» (2009), por ejemplo, Tóibín explora temas de identidad, pertenencia y amor a través de la historia de una joven irlandesa que emigra a Nueva York en la década de 1950.

«Sabía que había algo diferente en ella, algo que la distinguía de las demás chicas en el pequeño pueblo irlandés. Era un secreto que llevaba dentro de sí, un secreto que le hacía doler el corazón de anhelo y confusión.

Mientras caminaba por las concurridas calles de Brooklyn, no podía evitar echar miradas furtivas a las mujeres que pasaban. Sus pasos seguros y sus gestos delicados la llenaban de una mezcla de envidia y deseo. Anhelaba sentir esa misma sensación de pertenencia, poder expresar su verdadero ser sin miedo ni vergüenza.

Por las noches, cuando se acostaba en la cama, se permitía soñar. Su mente se dejaba llevar hacia lugares lejanos, donde el amor y la aceptación no eran meras fantasías. Se imaginaba caminando de la mano con otra mujer, sus corazones latiendo al unísono, sus almas entrelazadas.

Pero la realidad siempre volvía a golpearla, recordándole las limitaciones impuestas por la sociedad, por las expectativas de su familia y amigos. Sabía que abrazar su verdadero ser significaría arriesgar todo lo que había conocido hasta entonces.»

Otro de los temas significativos en la obra de Tóibín es la historia de Irlanda y su impacto en la sociedad y la cultura irlandesas. A menudo utiliza eventos históricos como telón de fondo para sus historias y examina cómo estos eventos moldean la identidad y las vidas de sus personajes. Además, Tóibín retrata la complejidad de la relación entre Irlanda y su pasado colonial, así como las tensiones y divisiones dentro de la sociedad irlandesa, como en este fragmento de «The Blackwater Lightship» (El barco faro, 1999).

«La historia de Irlanda pesaba sobre nosotros como una carga de la que no podíamos desprendernos. Estaba grabada en el tejido mismo de nuestras vidas, moldeando nuestras identidades e influenciando nuestras elecciones. Los ecos de las luchas y conflictos pasados resonaban en nuestras conversaciones, recordándonos la resistencia y determinación de nuestro pueblo.

Llevábamos dentro las historias de generaciones, relatos de opresión y resistencia, de triunfos y tragedias. Las cicatrices del colonialismo y las divisiones sectarias estaban arraigadas, dejando una huella en nuestra conciencia colectiva. Éramos una nación forjada en el fuego de la resistencia, un pueblo definido por nuestras luchas por la independencia y la autodeterminación.

Sin embargo, la historia de Irlanda no era solo un recuerdo lejano. Era una fuerza viva y palpitante que daba forma a nuestras realidades presentes. Los problemas y divisiones no resueltos seguían proyectando su sombra, recordándonos la labor que aún nos esperaba. Éramos una nación en plena transformación, navegando por las complejidades de un mundo cambiante mientras lidiábamos con el legado de nuestro pasado.»

La Primera Persona para Viajar con el Personaje

En cuanto a la estructura narrativa, Tóibín es conocido por su uso de la voz en primera persona y la alternancia de perspectivas narrativas. Esto le permite explorar diferentes puntos de vista y revelar la subjetividad de sus personajes.
En «Nora Webster» (2014), una novela que se centra en la vida de una mujer viuda en la década de 1960 en un pequeño pueblo de Irlanda, Tóibín usa la primera persona para crear una sensación de intimidad y empatía en la relación entre el lector y la protagonista.

¨Me senté junto a la ventana, observando cómo las gotas de lluvia resbalaban por el cristal. Cada gota parecía llevar consigo un mundo propio, un mundo lleno de recuerdos y reflexiones. No pude evitar dejar que mi mente divagara, retrocediendo a momentos ya pasados, a las personas y lugares que me habían moldeado.

En la tranquila soledad de esa tarde lluviosa, me encontré confrontada con el peso de mis elecciones, los caminos no tomados y los senderos que había recorrido. Era un tiempo de transición, un momento en el que lo familiar se desvanecía y lo desconocido se cernía ante mí.

Cuestioné a la persona en la que me había convertido, las elecciones que había hecho en nombre del deber y la responsabilidad. ¿Había sido fiel a mí misma o había permitido que las expectativas de los demás dictaran mi camino? Era un ajuste de cuentas difícil, que requería un cierto nivel de honestidad y vulnerabilidad.

Mientras la lluvia seguía cayendo, me di cuenta de que la vida era una serie de momentos, un tapiz tejido por nuestras acciones y decisiones. No había respuestas fáciles, ni caminos claros a seguir. Todos estábamos navegando por las complejidades de la existencia, tratando de dar sentido a nuestro lugar en el mundo.¨

La prosa lírica y evocadora de Tóibín crea una atmósfera poética que invita al lector a sumergirse en el viaje del personaje y a reflexionar sobre los misterios y posibilidades de la vida. El sugerente intimismo de Colm Tóibín nace de la búsqueda de la verdad en el dolor: «Cuando estás escribiendo, debes estar inclinado y debes sentir dolor, y tus hombros deben estar doblados; debes estar sacando cosas de tu interior. No puedes estar demasiado cómodo».
Además de novela, Tóibín ha publicado numerosos cuentos, ensayos y obras de teatro. Su estilo distintivo y su exploración profunda de la psicología humana han hecho de él un escritor muy apreciado y reconocido tanto en Irlanda como a nivel internacional.

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La Insoportable Levedad de Milan Kundera

Por 12/07/2023 Literatura
Esta semana nos dejaba Milan Kundera (1929-2023), escritor checo afincado en París que se convirtió en una de las figuras más influyentes de la literatura contemporánea.
La obra de Kundera se caracteriza por su profundidad psicológica, reflexión filosófica y un estilo narrativo fragmentado. Por ejemplo, en su obra maestra «La insoportable levedad del ser» (1984), Kundera explora las relaciones humanas y la identidad de dos parejas en el contexto de la ocupación soviética de Checoslovaquia en 1968.

Nadie puede renunciar a la totalidad de su vida por un solo error o un solo amor. Porque la vida no es una novela de aventuras en la que cada episodio sucede de manera lógica y concluye con un punto final claro. La vida es un flujo, un constante ir y venir, un tejido complejo de momentos que se entrelazan y se entrelazan sin cesar (…)

La levedad de ser radica en la capacidad de aceptar esa incertidumbre, de abrazar la complejidad de nuestras vidas y reconocer que no existe una única verdad o un único camino. Cada instante es único, irrepetible, y es en ese instante donde encontramos la verdadera libertad.

Así, la insoportable levedad del ser no es una carga que debamos llevar, sino una invitación a vivir plenamente, a explorar todas las facetas de nuestra existencia, a amar sin miedo y a abrazar la belleza y la fragilidad de cada momento.»

Introspección y Fragmentación

En la novela, Kundera intercala la narración principal con digresiones filosóficas, reflexiones y analepsis que ofrecen una perspectiva más amplia y profunda sobre los personajes y los temas que aborda. De esta forma, el narrador no sigue una estructura cronológica lineal y los saltos temporales ocurren frecuentemente, creando una sensación de fragmentación.
Además, Kundera incorpora episodios breves e independientes que funcionan como microhistorias dentro de la narrativa principal. Estos fragmentos, a menudo, no siguen un orden lógico y pueden parecer desconectados inicialmente, pero se entrelazan temáticamente para construir un mosaico de significado más amplio.

«Cuando Tereza volvió a Praga, se encontró en medio de un desfile militar. Los soldados marchaban paso a paso, al ritmo del estruendo de la banda de música, y ella caminaba a su lado, junto a la multitud, sin poder avanzar ni retroceder. La calle se estiraba en una línea interminable, y Tereza se sintió atrapada en un tiempo inmóvil. Todo se mezclaba: las notas de la música, las banderas ondeando al viento, los rostros de los soldados sin nombre.

Pero, de repente, un recuerdo fugaz la sacudió. Recordó una tarde en el campo, cuando era niña, persiguiendo mariposas. La imagen de su madre en el prado, con los brazos extendidos y una sonrisa en el rostro, se mezcló con el desfile militar y se convirtió en un collage de momentos. ¿Cómo era posible que su vida estuviera compuesta de fragmentos tan disímiles y sin conexión aparente?

La levedad de la existencia se revelaba en esos instantes, en la falta de continuidad y coherencia. Tereza se sentía atrapada en un laberinto de fragmentos, donde cada paso la alejaba más del todo. No había un hilo conductor que uniera los momentos, solo la sensación constante de estar suspendida en un tiempo fragmentado.

Contexto Histórico y Pensamiento Filosófico

A pesar de esta fragmentación, la obra de Kundera está influenciada por el contexto histórico y político de la Europa del siglo XX. Muchas de sus novelas abordan temas relacionados con el comunismo, el totalitarismo y la opresión política. También reflexiona sobre el impacto de la historia en la vida de las personas y cómo las circunstancias históricas pueden dar forma a las experiencias individuales.
En «La lentitud» (1995), por ejemplo, Kundera explora el tema del ritmo de la vida moderna y cómo influye en nuestras relaciones personales. A través de múltiples narradores y líneas argumentales, el autor reflexiona sobre la importancia de la lentitud y la reflexión en un mundo acelerado.

«El cuerpo humano es hecho para movernos, para sufrir, para luchar, para hacer el amor; es por eso que la vida es un desastre para los paralíticos, para los enfermos crónicos, para los amantes. Sin embargo, esa verdad física se ha vuelto inaceptable en el siglo XX: el siglo que ha dicho no al sufrimiento. El cuerpo humano es el lugar donde el mal se hace evidente, se muestra y aflige, y donde se cura y desaparece. Pero al mismo tiempo, el cuerpo es la morada del alma, su alegría y su templo. La carne es el humus del espíritu, el alimento y el sustento del amor.»

Volviendo a la principal reflexión filosófica de «La insoportable levedad del ser» (1984), Kundera desafía el concepto de ¨recurrencia eterna¨ (la idea de que el universo y sus eventos ya han ocurrido y se repetirán ad infinitum), y propone que cada persona tiene una sola vida para vivir donde lo que ocurra pasa una sola vez, de ahí la «levedad» del ser.

Cuanto más pesada es la carga, más cerca nuestras vidas se acercan a la tierra, más reales y verdaderas se vuelven. Por el contrario, la absoluta ausencia de carga hace que el hombre sea más ligero que el aire, que se eleve a alturas, se despida de la tierra y su existencia terrenal, y se vuelva solo medio real, sus movimientos tan libres como insignificantes. ¿Qué deberíamos elegir entonces? ¿Peso o ligereza?…

Cuando queremos expresar una situación dramática en nuestras vidas, tendemos a usar metáforas de pesadez. Decimos que algo se ha convertido en una gran carga para nosotros. O bien soportamos la carga o fracasamos y nos hundimos con ella, luchamos con ella, ganamos o perdemos. ¿Y Sabina? ¿Qué le había sucedido? Nada. Había dejado a un hombre porque sentía que debía hacerlo. ¿La había perseguido? ¿Había intentado vengarse de ella? No. Su drama no era un drama de pesadez, sino de ligereza. Lo que le había tocado no era la carga, sino la insoportable levedad del ser.

Kundera ha fallecido en París a los 94 años.

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El Renacer Espiritual de Oscar Wilde

Por 20/06/2023 Literatura
Tendría apenas 17 años cuando leí «De Profundis» (1897), una extensa carta escrita por el poeta y dramaturgo irlandés Oscar Wilde (1854-1900) durante su encarcelamiento en la prisión de Reading en 1897. La epístola, dirigida a quien fuera su amante, Lord Alfred Douglas, me impactó por lo conmovedor y honesto de sus reflexiones, que hasta cierto punto reflejan el renacer espiritual de Oscar Wilde y muchas de las temáticas abordadas a lo largo de su vida.
La obra comienza con una descripción de la relación de Wilde con Douglas y cómo la influencia de este último lo llevó a una vida de excesos y autodestrucción. Wilde analiza su propio carácter y reconoce sus defectos, así como el papel que desempeñó en su propia ruina.

El Estilo Estético y la Sátira Social

Pero a medida que avanza la carta, Wilde explora temas como la naturaleza del arte y su propia visión estética, que fueron constantes en su obra. Habla de la importancia de la belleza y la creatividad en su vida y cómo estos elementos se vieron afectados por su encarcelamiento. En obras como «El retrato de Dorian Gray» (1890), Wilde abrazó el movimiento estético de la época, que enfatizaba el poder redentor de la belleza y la experiencia sensorial.

«Las personas que sólo piensan en sí mismas son extraordinariamente aburridas. Nadie se salvará a sí mismo. El arte es un refugio del hombre egoísta. Sólo a través del arte podemos escapar de nosotros mismos y saber qué es lo que otra persona ve en nosotros. Sólo a través del arte podemos salir de nosotros mismos y saber lo que otro ser humano ve en nosotros. Me he hecho retratar bajo todas las formas posibles, y me he encontrado a mí mismo en cada una de ellas. Mi personalidad parece desvanecerse por completo en una sola línea de música, o de poesía, o de una representación teatral bien ejecutada, como si hubiese perdido toda su densidad en una luz radiante. Era como si el mundo entero se hubiese convertido en mi reflejo».

En «De Profundis» y en muchas de sus obras, Wilde también reflexiona sobre la sociedad y la moralidad victoriana, criticando la hipocresía y la falta de comprensión hacia los individuos que no se ajustan a las normas establecidas. Por ejemplo, así lo refleja este fragmento de «El alma del hombre bajo el socialismo» (1891):

«Durante mucho tiempo, el hombre ha vivido por debajo de su nivel espiritual, y la religión, la moral y el arte han sido solo las formas en las que ha tratado de hacerlo. No queremos más moralidad de la que existe actualmente. Nos encontramos, de hecho, en un periodo de peligro moral. Pero nuestro peligro no está en lo que hacemos, sino en lo que nos está sucediendo. No hay absolutamente nada que la gente no esté dispuesta a hacer cuando se le dice qué es lo correcto. Lo que no están dispuestos a hacer es cualquier cosa que se les pide que hagan en nombre de la moralidad. (…) El valor moral de un acto debe ser juzgado por el resultado de ese acto para el bienestar de la comunidad, y no por la apariencia de esa acción según la moralidad tradicional o la inmoralidad convencional.»

El Fino Humor y el Renacer del Espíritu

El escritor irlandés utilizaba la sátira para ridiculizar las convenciones sociales y la hipocresía de su época, y a menudo usaba el doble sentido y la ironía para crear un efecto humorístico y desafiar las expectativas del lector. Sus personajes a menudo intercambian réplicas rápidas y mordaces, cargadas de ironía y sarcasmo. En «El abanico de Lady Windermere» (1892), por ejemplo, Oscar Wilde utiliza el humor para cuestionar las convenciones sociales relacionadas con el matrimonio.

LADY WINDERMERE: (sorprendida) ¡Oh, sí! Nunca dejes que tus hijos se acerquen a ti si tienen la intención de casarse. La soportabilidad de tu esposa se reduce en proporción directa a la cantidad de amor que tuvo antes de casarse contigo. Es un hecho muy interesante que todos deberían conocer.

DUMBY: (con una sonrisa) Pero, ¿qué pasa si una mujer se casa varias veces?

LADY WINDERMERE: Entonces debería haber sido suficientemente inteligente para no hacerlo.

DUMBY: (riéndose) Pero, ¿cómo puedes saberlo antes de tiempo, Lady Windermere?

LADY WINDERMERE: (con una mirada astuta) Por experiencia, Dumby, por experiencia.

En «De Profundis», Wilde también expresa su sufrimiento y dolor durante su tiempo en prisión. Describe las condiciones inhumanas en las que vivía y la profunda soledad que experimentaba. Sin embargo, también encuentra una especie de redención y purificación a través de su sufrimiento, y reflexiona sobre cómo su experiencia en prisión le ha permitido crecer espiritualmente. A través de la introspección, el perdón y la apreciación de la belleza en situaciones difíciles, Wilde pudo experimentar un cambio profundo en su perspectiva y valores.

«Debo decir que, para mí, la prisión no ha sido en vano. He tenido el tiempo suficiente para mirar dentro de mí mismo, examinar mi vida y mis errores, y descubrir las verdades más profundas que antes no entendía. Ha sido en las sombras de la cárcel donde he encontrado la luz que tanto necesitaba.

El sufrimiento y la soledad han sido mis maestros. En el silencio de mi celda, he tenido la oportunidad de escuchar la voz de mi propia alma. He enfrentado mis demonios internos, mis deseos más oscuros y he confrontado mis debilidades. Y en ese proceso, he experimentado una transformación profunda.

La prisión me ha enseñado el valor del perdón y la compasión. He aprendido a perdonar a aquellos que me han causado dolor, incluyendo a mí mismo. He aprendido a comprender la fragilidad de la humanidad y a sentir empatía por aquellos que han caído en la oscuridad. Mi propio sufrimiento me ha permitido conectarme con el sufrimiento de los demás.¨

¨De Profundis¨ termina con una nota de perdón hacia Douglas y una expresión de esperanza en el futuro. Wilde muestra una cierta resignación y aceptación de su destino, pero también deja claro su deseo de redimirse y encontrar una nueva dirección en su vida. Una vida que terminó demasiado pronto, a los 46 años.

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Azorín y la Nostalgia del Pasado

Por 14/06/2023 Literatura
Recientemente celebramos los 150 años del nacimiento de José Martínez Ruiz, Azorín (Monóvar, 8 de junio de 1873 – Madrid, 2 de marzo de 1967), uno de los principales escritores españoles de la llamada generación del 98. Si bien su obra incluye ensayo, teatro, crítica literaria y periodismo, siempre se le recordará como uno de los precursores de la novela contemporánea, junto a Pío Baroja, Miguel de Unamuno y Ramón del Valle-Inclán.
Como contador de historias, las novelas de Azorín suelen carecer de una trama argumental convencional. En su lugar, se centran en la exploración de estados de ánimo, reflexiones y pensamientos íntimos, con nostalgia del pasado. A través de esta estructura más fragmentada, el autor busca transmitir una visión subjetiva y personal del mundo. Entre sus rasgos más personales como escritor, caben destacar:

Cuatro Señas de Identidad

Estilo poético y minimalista. Azorín empleaba un estilo sobrio y conciso en su escritura. Sus relatos se caracterizan por una economía de palabras, evitando descripciones excesivas y detalles superfluos. Utilizaba frases cortas y precisas para transmitir sus ideas y crear una atmósfera evocadora.
Al mismo tiempo, Azorín usaba una prosa poética, elegante y cuidada para transmitir sus ideas y emociones. Sus obras están impregnadas de lirismo, una profunda sensibilidad y una mirada introspectiva sobre la vida y el paso del tiempo.
En «La voluntad» (1902), por ejemplo, Azorín utiliza una prosa sencilla y lírica para describir un paisaje rural:

«El sol, alto, yacente, derramaba su luz vertical sobre la tierra de los sembrados. Las acequias resplandecían. Los perros, tumbados en el polvo de las calles, miraban el infinito. Las casas, las paredes, las montañas, los árboles, el horizonte, parecían esculpidos con el cincel de los días y de las horas.»

Cualquier tiempo pasado fue mejor. Uno de los temas recurrentes en la novela de Azorín es la nostalgia por un pasado perdido. A través de descripciones detalladas y evocadoras, el autor recrea ambientes y escenas que rememoran una España antigua, llena de tradiciones y belleza. Sus historias a menudo reflexionan sobre la decadencia y la tradición en contraste con la modernidad, así como sobre los problemas sociales y políticos de su tiempo. Esta temática confiere a su obra un tono melancólico y reflexivo, como en este fragmento de ¨La voluntad”.

«Y mientras avanzaba por las calles del viejo pueblo, el alma de Don Celestino se llenaba de un dulce y amargo sabor a recuerdos. Sus ojos se posaban en las fachadas desgastadas, en las plazas silenciosas, en las puertas que habían conocido tantas entradas y salidas, y una melancolía profunda lo envolvía.

Allí, donde alguna vez había jugado de niño, donde había soñado con un futuro lleno de posibilidades, ahora solo quedaba el eco de los días pasados. Las risas de los amigos se habían desvanecido, las voces familiares habían quedado en el eco del viento. Los campos que una vez florecieron con la vida y el trabajo de generaciones, ahora yacían en el olvido, cubiertos de maleza y abandono¨.

Esencia de paisajes y ambientes. A través de su prosa cuidadosa, Azorín retrataba los paisajes y ambientes con gran precisión. Sus descripciones detalladas y minuciosas transportan al lector a los escenarios que retrata, permitiéndole vivir una experiencia sensorial única. Por ejemplo, en «Castilla» (1912), Azorín hace esta descripción de la tierra de campos:

«El día había amanecido claro y sereno. La vastedad de la llanura se desplegaba ante mis ojos, infinita y desolada. Las tierras doradas se extendían hasta el horizonte, salpicadas aquí y allá por pequeños pueblos de casas bajas y blancas. El aire era seco y cálido, impregnado del aroma de los trigales maduros.

Caminaba por los caminos polvorientos, rodeado por la quietud y el silencio. A lo lejos, se alzaban solitarias las torres de las iglesias, testigos mudos de un pasado glorioso. Los cipreses, erguidos y oscuros, se alineaban en los cementerios, como guardianes melancólicos de los muertos¨.

Análisis introspectivo de los personajes. Azorín indagaba en los pensamientos y emociones de sus personajes, ofreciendo una visión profunda de su psicología. A menudo exploraba la soledad, la melancolía y la búsqueda de significado en la vida.
Un buen ejemplo es su obra «Don Juan» (1922), donde Azorín reinterpreta el famoso personaje literario desde una perspectiva introspectiva. A través de su prosa evocadora, explora los pensamientos y las motivaciones de Don Juan, revelando su soledad y su búsqueda de sentido en la vida.

«Don Juan, el seductor incorregible, el eterno viajero de amores y pasiones, llevaba consigo el peso de un pasado tumultuoso. Sus ojos, profundos y cansados, reflejaban la huella de innumerables encuentros y desencuentros. Detrás de su sonrisa enigmática se escondía la sombra de la soledad, una soledad que se volvía más aguda a medida que conquistaba corazones y dejaba tras de sí sus promesas vacías.

En el fondo de su alma, Don Juan albergaba una búsqueda constante de algo que escapaba a su alcance. ¿Era el amor verdadero lo que perseguía, o simplemente la confirmación de su irresistible poder de seducción? Se debatía entre la pasión y el hastío, entre el deseo insaciable y la insatisfacción perpetua.¨

Azorín, con su pluma llena de melancolía, retrató en cada palabra la belleza de lo efímero. Sus letras, impregnadas de añoranza, nos invitan a mirar atrás, a contemplar los días que se desvanecieron en el tiempo y a encontrar en ellos la esencia de lo que fuimos. Como él mismo dijo en una de mis citas favoritas, «la vida no es lo que uno vivió, sino lo que uno recuerda y cómo lo recuerda para contarla.»

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The Clues to a Great Story

Por 07/06/2023 Cine & TV
Among the hundreds of stories we consume daily – from a movie to an advertising commercial – very few leave an indelible mark in our memory. Have you ever stopped to think why we have favorite movies that we remember every detail of, while many others quickly fade into oblivion? What are the clues that define a great story?
In his 2012 TED Talk, Andrew Stanton, renowned director and screenwriter of animated films like «Toy Story» and «Finding Nemo,» shares valuable advice on how to create memorable stories. To exemplify his recommendations, I will use one of my all-time favorite movies as a reference, «My Fair Lady» ( 1964), a musical based on George Bernard Shaw’s play «Pygmalion.»
1. Make them care. Stanton emphasizes the importance of creating characters and situations that the audience can emotionally connect with. If the writer doesn’t care about what they’re telling, it’s unlikely that others will care either.
The protagonist of «My Fair Lady,» Eliza Doolittle, is a street flower vendor from the lowly neighborhoods of London who, through a fortuitous encounter, becomes the subject of a bet between a phonetics expert, Professor Henry Higgins, and Colonel Pickering, a linguist who has studied Indian dialects. The bet consists of transforming Eliza’s poor diction into that of a high society person within six months. Throughout the movie, the audience empathizes with Eliza’s transformation, who, in the eyes of her educators, is nothing more than an experiment, and they are captivated by her determination to improve herself and rebel against her humble origins.
2. Keep them interested. Stanton emphasizes the importance of keeping the audience interested and engaged throughout the entire story. This is achieved through situations that spark curiosity and through a narrative development that generates tension and suspense.
In the case of «My Fair Lady,» Eliza’s transformation into a lady is not without obstacles. She fails her first public appearance test at the Ascot races (her excitement causes her to forget what she has learned and she blurts out a humorous expletive on a horse she’s bet on). Additionally, as Eliza starts developing feelings for Professor Higgins, a young and handsome high society suitor named Freddy Eynsford-Hill appears, presenting an interesting alternative for Eliza.
3. Be truthful. According to Stanton, a great story must be honest and authentic. It is important for the emotions and motivations of the characters to be genuine, as this will make the story resonate more deeply with the audience.
Higgins, for example, is a self-centered man who refuses to acknowledge his feelings for Eliza. Even at the end of the story, when he finally realizes he can’t live without her, he never becomes a romantic character and expresses his love for Eliza with the peculiar arrogance that characterizes him. His character sings:

«Damn, damn, damn,

I’ve grown accustomed to her face. (…)

I was serenely independent and content before we met.

Surely I could always be that way again

And yet I’ve grown accustomed to her look.

Accustomed to her voice.

Accustomed to her face.»

4. Don’t preach, reveal truths. Stanton suggests that instead of trying to teach a lesson directly to the audience, it is more effective to present universal truths through the story. By revealing these truths, the audience can draw their own conclusions and reflections.
Undoubtedly, the moral of «My Fair Lady» is that love is an uncontrollable force that can transform a person and overcome any social barrier or physical appearance. It can also be interpreted as a reminder that we should not judge people solely based on their appearance or social status, as they may possess surprising qualities within. This moral is subtly conveyed, and even the final scene, when Eliza returns to Professor Higgins’ house, lacks a clear conclusion and is left to the interpretation of the audience. Eliza is in love, but she knows that Higgins will never treat her as an equal, so it is highly likely that Eliza’s happy ending would be opening a flower shop and marrying Freddy instead of staying with Higgins.
5. Use the structure of stories. Stanton explains the importance of structure in a story and how elements like the beginning, development, climax, and resolution are essential for capturing and maintaining the audience’s attention. In the case of «My Fair Lady,» the climax is very satisfying as Eliza successfully passes as a Hungarian princess at a royal reception. While Higgins and Pickering congratulate and celebrate their triumph, they ignore Eliza, who seeks solace in Higgins’ mother’s house.
In summary, Andrew Stanton argues that the clues to a great story lie in generating empathy, maintaining the audience’s interest, being authentic, revealing truths, and using an effective narrative structure. As Stanton says in his presentation, «a great story should be inevitable but never predictable.»

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Las Claves de Una Gran Historia

Por 06/06/2023 Cine & TV
Entre los cientos de historias que consumimos a diario – desde una película a un anuncio publicitario – son muy pocas las que dejan una huella indeleble en nuestra memoria. ¿Te has parado a pensar por qué razón tenemos películas favoritas de las que recordamos todos los detalles, mientras muchísimas otras caen rápidamente en el olvido? ¿Cuáles son las claves que definen una gran historia?
En su charla TED de 2012, Andrew Stanton, reconocido director y guionista de películas de animación como «Toy Story» y «Buscando a Nemo», comparte valiosos consejos sobre cómo crear historias memorables. Para ejemplificar sus recomendaciones, usaré de referencia una de mis películas favoritas de todos los tiempos, My Fair Lady (Mi Bella Dama en algunos países de América Latina, 1964), un musical basado en la obra de teatro Pigmalión de George Bernard Shaw.
1. Haz que les importe. Stanton destaca la importancia de crear personajes y situaciones con los que el público pueda conectar emocionalmente. Si el escritor no se preocupa por lo que está contando, es poco probable que los demás también lo hagan.
La protagonista de My Fair Lady, Eliza Doolittle, es una florista callejera de los barrios bajos de Londres que, por un encuentro fortuito, se convierte en el blanco de una apuesta entre un experto de la fonética, el Profesor Henry Higgins, y el Coronel Pickering, un lingüista que ha estudiado los dialectos de la India. La apuesta consiste en convertir la pobre dicción de Eliza en la de una persona de la alta sociedad en el transcurso de seis meses. A lo largo de la película, la audiencia empatiza con la transformación de Eliza, quien a los ojos de sus educadores no es más que un experimento, y se deja seducir por el afán de superación y rebeldía de esta chica de barrio.
2. Mantén el interés. Stanton enfatiza la importancia de mantener al público interesado y comprometido a lo largo de toda la historia. Esto se logra a través de situaciones que despierten la curiosidad, así como a través de un desarrollo narrativo que genere tensión y mantenga el suspenso.
En el caso de My Fair Lady, la transformación de Eliza en una señorita no es un proceso sin obstáculos, ya que no pasa la prueba en su primera aparición pública en las carreras de Ascot (su entusiasmo hace que olvide lo aprendido y grite un divertido improperio al paso del caballo por el que apuesta). Además, a medida que Eliza comienza a desarrollar sentimientos por el Profesor Higgins, aparece un joven y apuesto pretendiente de la alta sociedad llamado Freddy Eynsford-Hill, quien representa una interesante alternativa para Eliza.
3. Sé sincero: Según Stanton, una gran historia debe ser honesta y auténtica. Es importante que las emociones y las motivaciones de los personajes sean genuinas, ya que esto hará que la historia resuene con el público de una manera más profunda.
Higgins, por ejemplo, es un hombre egocéntrico que se rehúsa a reconocer sus sentimientos por Eliza. E incluso al final de la historia, cuando por fin es consciente de que no puede vivir sin Eliza, nunca se convierte en un personaje romántico, y expresa su amor por Eliza desde la peculiar arrogancia que lo caracteriza. Su personaje canta:
¨Maldita sea, maldita sea, maldita sea,
Me he acostumbrado a su cara. (…)
Era serenamente independiente y contento antes de conocernos.
Seguramente siempre podría volver a ser así
Y aun así
Me he acostumbrado a su mirada.
Acostumbrado a su voz
Acostumbrado a su cara¨
4. No des lecciones, revela verdades: El director sugiere que, en lugar de tratar de enseñar una lección directamente al público, es más efectivo presentar verdades universales a través de la historia. Al revelar estas verdades, la audiencia podrá extraer sus propias conclusiones y reflexiones.
Sin duda, la moraleja de My Fair Lady es que el amor es una fuerza incontrolable que puede transformar a una persona y superar cualquier barrera social o apariencia física. También se puede interpretar como un recordatorio de que no debemos juzgar a las personas únicamente por su apariencia o posición social, ya que en su interior pueden albergar cualidades y potencialidades sorprendentes. Esta moraleja se destila de una forma muy velada, e incluso la escena final, en la que Eliza regresa a la casa del profesor Higgins, no tiene una conclusión clara y se deja a la interpretación de la audiencia. Eliza está enamorada pero sabe que Higgins nunca la tratará como a un igual, por lo que es muy probable que el final feliz de Eliza sea que abra una tienda de flores y se case con Freddy, en vez de quedarse con Higgins.
5. Utiliza la estructura de las historias: Stanton explica la importancia de la estructura en una historia y cómo los elementos como el inicio, el desarrollo, el clímax y el desenlace son esenciales para captar y mantener la atención del público. En el caso de My Fair Lady, el clímax es muy satisfactorio, ya que Eliza logra pasar por una princesa húngara en una recepción de la Casa Real. Cuando Higgins y Pickering se felicitan y celebran el triunfo, ignoran a una Eliza que se refugia desconsolada en la casa de la madre de Higgins.
En resumen, Andrew Stanton sostiene que las claves de una gran historia radican en generar empatía, mantener el interés del público, ser auténtico, revelar verdades y utilizar una estructura narrativa efectiva. Como dice Stanton en su presentación, ¨una gran historia debe ser inevitable pero nunca previsible¨.  

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Antonio Gala y el Sentido de la Vida

Por 30/05/2023 Literatura
Esta semana nos dejaba Antonio Gala, uno de los escritores más queridos y galardonados de las letras españolas contemporáneas. Le recordaremos por su estilo poético y la profundidad psicológica de sus personajes. Sus obras de teatro, novelas, ensayos y poesías exploraron temas universales y controvertidos como el amor, la soledad, la muerte, la injusticia social y la búsqueda del sentido de la vida.
«La vida adquiere sentido cuando descubrimos nuestra pasión y nos entregamos a ella con toda nuestra alma». Sin duda para Gala, contar historias fue una vocación innata, y una forma de explorar los dilemas existenciales y las preguntas fundamentales que enfrenta el ser humano.

La Búsqueda de lo Existencial

Como él mismo explicaba, «el sentido de la vida no está en encontrar respuestas definitivas, sino en hacer las preguntas correctas», y sus personajes se dan la libertad de transgredir las normas, de amar sin límites, o de explorar nuevos caminos, a riesgo de equivocarse.
En su primera obra teatral, «Los verdes campos del Edén» (1963), Gala presenta a un personaje llamado Don Jaime, quien se encuentra en una etapa avanzada de su vida y busca darle un significado a su existencia. A lo largo de la obra, Don Jaime reflexiona sobre el sentido de la vida, cuestionando su propia mortalidad y explorando el concepto de trascendencia.
En «El manuscrito carmesí» (1990), primera novela de Gala que resultó ganadora del Premio Planeta, el personaje principal es Diego Medina, un pintor atormentado que busca encontrar el sentido de la vida a través del arte y la belleza. Diego se sumerge en una búsqueda espiritual y emocional, tratando de descubrir el propósito de su existencia y encontrar la plenitud a través de la creación artística.

Crìtica Social 

Junto a estas preguntas de calado psicológico, Gala también critica y cuestiona diversos aspectos de la sociedad, como la hipocresía, la corrupción, la desigualdad de la mujer y las injusticias sociales. Sus escritos suelen tener un trasfondo político, social y moral, y a menudo plantean preguntas incómodas sobre la realidad en la que vivimos.
«La pasión turca» (1993), una de las novelas más famosas de Gala, cuenta la historia de una mujer que, a través de una apasionada aventura amorosa con un hombre turco, descubre una forma diferente de vivir y experimentar el sentido de la vida. La protagonista se sumerge en un mundo nuevo y exótico, explorando su propia identidad y cuestionando las convenciones sociales y culturales. Una novela arriesgada para su tiempo y de un profundo tinte feminista.
Algo parecido ocurre con Palmira, el personaje principal de la novela ¨Más allá del jardín (1995)¨. Palmira es una aristócrata sevillana que decide escapar las murallas de su precioso jardín para encontrar su identidad, una vez que descubre que su marido la engaña, su hija soltera se ha quedado embarazada y su hijo es homosexual. Buscará las respuestas al sentido de una vida que se resquebraja trabajando como enfermera en Ruanda.

Autenticidad y Valentía

A través de sus personajes y sus conflictos internos, el autor invita a reflexionar sobre el propósito y la trascendencia en un mundo lleno de incertidumbres y desafíos existenciales. «La búsqueda del sentido de la vida implica enfrentar nuestras propias sombras y encontrar la luz dentro de nosotros», decía Gala. Lo que le diferencia de otros escritores de su generación es un liricismo hipnótico, palabras tan seleccionadas que tienen la cadencia de la poesía.
A lo largo de su obra, Gala resaltó la necesidad de la autenticidad, valentía y compromiso en el oficio de escribir, así como la capacidad de transmitir emociones y despertar la imaginación a través de las palabras. Creó una Fundación para Jóvenes Creativos en su querida Córdoba, en cuyo jardín ha pedido que se esparzan sus cenizas.
Antonio Gala nos deja un inmenso vacío con su partida, pero también nos deja un tesoro invaluable en sus escritos. Recordaremos su genio creativo y su pasión por contar historias llenas de sensibilidad y belleza.

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Six Storytelling Challenges in a Digital World

Por 16/05/2023 Cine & TV, Comunicación
In one of my favorite science fiction movies, Her (2013), the protagonist Theodore Twombly (Joaquin Phoenix) lives in the near future and has an unusual profession. He writes sentimental letters on behalf of people who struggle to express their feelings in writing.
When I watched the movie, and I won’t spoil the plot for those who haven’t seen it, it comforted me to think that in a future of technological advancements, emotions would prevail. As mentioned in a recent article about artificial intelligence (AI), there is no machine that can replace human creativity and emotion when it comes to storytelling. Hopefully, technologies like AI will only serve as support for people involved in the creation of stories, such as novelists, screenwriters, or corporate communicators.
However, we cannot assume that a technological future will be entirely rosy for narrative authors either. In the digital era, storytellers will face challenges arising from the changing landscape of media consumption and technological advancements.

How to Approach Storytelling in the Fourth Industrial Revolution

Below, we will explore six storytelling challenges in a digital world that may intensify as the digitalization of our economies progresses. To counter each challenge, we offer recommendations that narrative authors can implement.
1. Shorter attention spans. With the abundance of content available on different platforms, capturing and maintaining the audience’s attention has become increasingly difficult. We no longer read; now we scan. When watching a movie or reading a book, it’s likely that we are simultaneously engaging in other tasks such as checking our mobile devices or browsing the internet. Many companies have shifted their focus from measuring the number of visitors to their web pages to measuring the number of minutes visitors spend consuming their content. So, how can we capture the audience’s attention amidst all this noise? The importance of telling fascinating narratives using effective delivery techniques is now more critical than ever.
2. Content saturation. The proliferation of content on various platforms, such as social media, streaming services, and websites, has created intense competition for audience attention. Storytellers must find unique and innovative ways to stand out in a sea of content. In this context, it is recommended to focus on high-quality, unique, and original stories that avoid falling into stereotypes and clichés. Storytellers should ask themselves: Can I surprise my audience with unexpected plot twists, memorable characters, or a hypnotic narrative?
3. Distribution. While digital platforms have expanded the reach of narrative creators, they have also made it difficult for new and emerging voices to be discovered. Algorithms can influence which content is promoted and seen, making it crucial for storytellers to navigate distribution channels effectively. To gain visibility, storytellers should use digital marketing strategies to spread stories on social media, collaborate with other content creators, participate in relevant events, and consider investing in advertising.
4. Monetization. Finding sustainable sources of income in the digital era can be challenging for storytellers (jobs like Theodore Twombly’s are unlikely in the real world). Traditional monetization models, such as selling theater tickets or books, may not be as reliable, and narrative creators often need to explore alternative avenues such as crowdfunding, merchandising, or brand partnerships.
5. Adaptability to new technologies. As we explored in a previous article, storytellers must adapt to evolving technologies such as virtual reality (VR), augmented reality (AR), artificial intelligence (AI), and interactive storytelling. Incorporating these new tools and techniques into storytelling requires both creativity and technical skills. For instance, storytellers will have to learn how to please audiences with higher interactivity and alternative endings.
6. Copyright and intellectual property. In the digital era, protecting intellectual property is a growing challenge. Authors must deal with copyright issues, concerns about plagiarism, and unauthorized distribution to safeguard their work and ensure they receive proper credit and compensation. It is essential to be familiar with these issues and seek the necessary legal advice to protect the authorship of content.

Learning and Continuous Improvement

These recommendations are always valid, but they are even more relevant in the new environment we live in. To address storytelling challenges in a digital world, authors must remain alert and engage in a cycle of constant learning. It is imperative to study the work of other successful storytellers, take courses or workshops on emerging technological topics, and seek constructive feedback. We must overcome the fear of failure and dare to try new formulas and push our creativity to the limit. The constant pursuit of excellence will help storytellers stand out in the technological world without fearing machines.

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Seis Retos de Contar Historias en la Era Digital

Por 15/05/2023 Cine & TV, Comunicación
En una de mis películas de ciencia ficción favoritas, Her (2013), el protagonista Theodore Twombly (Joaquin Phoenix) vive en un futuro cercano con una profesión pintoresca. Escribe cartas sentimentales a pedido, en nombre de personas que tienen dificultad de expresar sentimientos por escrito.
Cuando vi la película, y no voy a desvelar la trama para las personas que no la hayan visto, me consoló pensar que, en un futuro de avances tecnológicos, prevalecerán los sentimientos. Según comentaba en un artículo reciente sobre la inteligencia artificial (IA), no hay ninguna máquina que pueda suplantar la creatividad y la emoción humana a la hora de contar historias, y esperemos que tecnologías como la IA no sean más que apoyo para las personas que se dedican a la creación de historias, como los novelistas, los guionistas o los comunicadores de empresa.
Sin embargo, tampoco podemos suponer que un futuro tecnológico vaya a ser completamente de color de rosa para el autor de narrativas. En la era digital, los contadores de historias van a enfrentar desafíos derivados del cambiante panorama de consumo de medios y los avances tecnológicos.

Cómo Abordar el Storytelling en la Cuarta Revolución Industrial

A continuación exploraremos seis retos de contar historias en la era digital que pueden agudizarse a medida que avanza la digitalización de nuestras economías. Para contrarrestar cada reto, ofrecemos recomendaciones que los autores de narrativas pueden poner en práctica.
1. Tiempo de atención. Con la abundancia de contenido disponible en diferentes plataformas, captar y mantener la atención de la audiencia se ha vuelto cada vez más difícil. Ya no leemos, ahora escaneamos, y cuando vemos una película o leemos un libro, es probable que al mismo tiempo estemos haciendo otras tareas como consultar nuestro dispositivo móvil o navegar en la red. Muchas empresas han dejado de medir el número de visitantes que tienen sus páginas web para enfocarse en el número de minutos que los visitantes dedican a consumir sus contenidos. Entonces, ¿cómo captar la atención de la audiencia en mitad de tanto ruido? La importancia de contar narrativas fascinantes con el uso de técnicas de entrega efectiva es ahora más importante que nunca.
2. Saturación de contenido. La proliferación de contenido en varias plataformas, como redes sociales, servicios de streaming y sitios web, ha generado una intensa competencia por la atención de la audiencia. Los contadores de historias deben encontrar formas únicas e innovadoras de destacar en un mar de contenido. Así, es recomendable concentrarse en historias de calidad, únicas y originales, que eviten caer en los estereotipos y clichés. Un contador de historias debería hacerse esta pregunta: ¿puedo sorprender a mi audiencia con giros inesperados en la trama, personajes memorables o una narrativa hipnótica?
3. Distribución. Si bien las plataformas digitales han ampliado el alcance que pueda tener un creador de narrativa, también han dificultado que las voces nuevas y emergentes sean descubiertas. Los algoritmos pueden influir en qué contenido se promueve y se ve, lo que hace crucial que los storytellers naveguen de manera efectiva en los canales de distribución. Para posicionarse, es cada vez más recomendable usar estrategias de marketing digital para difundir historias en las redes sociales, colaborar con otros creadores de contenido, participar en eventos relevantes y considerar la posibilidad de invertir en publicidad para aumentar la visibilidad del contenido.
4. Monetización. Encontrar fuentes de ingresos sostenibles en la era digital puede ser desafiante para los creadores de historias (no todo el mundo apuesta por empleos tan originales como el de Theodore Twombly en el futuro real). Los modelos tradicionales de monetización, como la venta de entradas de teatro o libros, pueden no ser tan confiables, y los creadores de narrativas a menudo deben explorar vías alternativas como el crowdfunding, la mercadotecnia o las asociaciones con marcas.
5. Adaptabilidad a nuevas tecnologías. Como ya exploramos en un artículo anterior, los contadores de historias deberán adaptarse a las tecnologías en evolución, como la realidad virtual (VR), la realidad aumentada (AR), la inteligencia artificial (IA) y la narración interactiva. Incorporar estas nuevas herramientas y técnicas a la narración requiere tanto creatividad como habilidades técnicas.
6. Derechos de autor y propiedad intelectual. En la era digital, proteger la propiedad intelectual es un desafío creciente. Los autores deben lidiar con los problemas de derechos de autor, las preocupaciones sobre el plagio y la distribución no autorizada para salvaguardar su trabajo y garantizar que reciban el crédito y la compensación adecuados. Es clave estar familiarizado con estos temas y contar con la asesoría legal necesaria para proteger la autoría de nuestros contenidos.

Aprendizaje y Mejora Continuas

Estas recomendaciones son siempre válidas, pero lo son incluso más en el nuevo entorno que vivimos. Para abordar los retos de contar historias en la era digital, los autores deben de permanecer alerta, en un ciclo de aprendizaje constante. Es imperativo estudiar el trabajo de otros narradores exitosos, toma cursos o talleres sobre temas tecnológicos emergentes, y solicitar retroalimentación constructiva. Hay que vencer el miedo al fracaso y atreverse a probar nuevas fórmulas y a empujar nuestra creatividad al límite. La constante búsqueda de la excelencia ayudará al autor de narrativas a destacarse en el mundo tecnológico, sin temor a las máquinas.

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