Cuando hablamos sobre historias de migración, es probable que pensemos en obras conmovedoras como Solito (2022), del poeta y escritor salvadoreño Javier Zamora. En esta obra autobiográfica, Zamora relata la travesía que realizó desde su pueblo natal a los Estados Unidos para reunirse con sus padres, cuando tan solo contaba con nueve años.
Durante las nueve semanas que duró el viaje, Zamora relata con tristeza y ternura las vivencias de un viaje dramático, en el que muchos de los migrantes que conoció murieron, fueron arrestados o simplemente desaparecieron.
Historias como la de Zamora exploran temas como el sacrificio y la desesperación por buscar nuevas oportunidades, así como el anhelo de volver al núcleo familiar. Pero, además, dan a conocer un contexto político y geográfico más amplio, en el que guerras como la de El Salvador y la pobreza rampante han generado olas de migrantes y desplazados internos en muchas zonas del planeta. Así, la historia de Zamora humaniza una crisis como la de los centroamericanos que están dispuestos a pasar todo tipo de penurias para emigrar hacia el Norte, aunque ese viaje ponga en peligro sus vidas.
La migración es un tema político candente en muchos países, y las historias de migración también ayudan a iluminar las implicaciones de las políticas migratorias. En 2019, la fantástica miniserie británica Years and Years exploró la distopía de un Reino Unido que en el futuro endurece sus leyes de inmigración y crea «campos de concentración» o «centros de trabajo» para migrantes, donde las condiciones son inhumanas. La historia de Viktor Goraya, un refugiado ucraniano, es particularmente emotiva y resalta la dirección draconiana que podrían tomar las políticas migratorias en un mundo cada vez más polarizado y autoritario.
Otra escalofriante historia que resalta el racismo, la xenofobia y la burocracia en las políticas hostiles de inmigración es Stateless (2020), otra miniserie de televisión que sigue la vida de cuatro personas atrapadas en un centro de detención de inmigrantes en el desierto australiano.
En concreto, la historia se centra en una mujer australiana que huye de una secta y acaba en el centro de detención después de ser confundida con una inmigrante ilegal un refugiado afgano que huye de los talibanes con su familia, en busca de una vida mejor en Australia: un guardia de seguridad que comienza a trabajar en el centro de detención para mantener a su familia, pero que pronto se enfrenta a dilemas morales y éticos; y la gerente del centro de detención que lucha por equilibrar la humanidad con las políticas estrictas del gobierno.
Exploración de la Identidad
Por otro lado, las historias de migración también celebran la globalización, la exploración de la identidad, o el logro de sueños laborales o académicos.
Brooklyn (2009), una novela de Colm Tóibín que se llevó al cine en 2015, es un buen ejemplo de historia que explora temas de identidad de una migrante irlandesa a Estados Unidos. Eilis Lacey es la joven que emigra a Brooklyn en la década de 1950 y debe equilibrar su nueva vida en Estados Unidos con su pasado en Irlanda.
La novela presenta la dualidad de identidad de Eilis mientras navega entre dos mundos. En Irlanda, es la hija obediente y la hermana menor, mientras que en Brooklyn, se convierte en una joven independiente que estudia y trabaja. A través de esta dualidad, la novela explora cómo el concepto de «hogar» puede ser tanto un lugar físico como un estado emocional (recientemente Colm Tóibín ha publicado la novela Long Island (2024) para seguir explorando estos temas en la vida adulta de Eilis).
Otras historias interesantes sobre esta exploración de la identidad del migrante incluyen a Minari (2020), la historia de una familia coreano-americana que se muda a una pequeña granja en Arkansas en busca del sueño americano; In the Heights (2021), la adaptación al cine del musical de Lin-Manuel Miranda que celebra la vida en un barrio predominantemente latino en Nueva York y aborda temas de identidad, pertenencia y sueños; y la serie de televisión Sort Of (2022) en la que Sabi Mehboob, una persona de género fluido y de origen paquistaní, tienen que conciliar las expectativas culturales y religiosas de su familia con su identidad de género y su vida en Canadá.
Celebración de la Diversidad
En el lado más positivo del espectro, las historias de migración también pueden contribuir a la diversidad cultural y al enriquecimiento de las sociedades receptoras. Estas historias promueven la comprensión y el respeto entre diferentes culturas.
Never Have I Ever (2020) por ejemplo, es una serie de Netflix creada por Mindy Kaling que sigue a una adolescente india-estadounidense. La serie explora temas de identidad cultural, integración y las experiencias de una primera y segunda generación de inmigrantes.
Otro ejemplo es Interior Chinatown de Charles Yu (2020). Ganadora del Premio Nacional del Libro, esta novela satírica explora la vida de un inmigrante chino en Estados Unidos, utilizando una estructura de guion de televisión. La historia celebra la diversidad cultural y critica los estereotipos en la representación de los asiáticos.
Sea cual sea el tono de estas historias, las narrativas de migrantes nos ayudan a comprender las complejidades de un mundo globalizado, y a ponernos en los zapatos de personas que, en muchos casos, se ven forzadas a abandonar sus países por falta de oportunidades, conflictos bélicos o persecución. Sus historias también nos abren una ventana a los problemas de identidad que origina el desarraigo, y a la dificultad de adaptarse a nuevas culturas que en muchos casos difieren de las de su origen.
En última instancia, contar estas historias nos brinda la oportunidad de promover una mayor comprensión, empatía y acción hacia los migrantes y las complejidades de sus vidas.
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