Crea Historias con Momentos Inolvidables
Por José Luis Lobera • 25/04/2019 • Comunicación
Recuerdo que tenía 10 años y que era época navideña. Nos habíamos juntado toda la familia a comer en casa de mi abuela y, terminada la sobremesa, mi tía decidió llevarnos al cine a mis primas y a mí. No era la primera vez que iba al cine, ya que mis padres me habían llevado antes a ver películas de dibujos animados. Pero esta experiencia fue distinta y marcaría el resto de mi vida.
Mi tía nos había llevado a ver Kramer contra Kramer, mi primera película dramática en una gran pantalla. Esa tarde, en los silencios y conversaciones de Meryl Streep y Dustin Hoffman, descubrí la magia del cine.
¿Por qué una experiencia tan puntual de mi infancia ha dejado una huella indeleble en mi memoria, mientras que meses enteros de mi vida adulta han desaparecido de mi recuerdo? ¿Qué hace que un momento se convierta en especial e inolvidable?
El Poder de los Momentos
Chip y Dan Heath, dos hermanos que son profesores de las universidades de Stanford y Duke respectivamente, han escrito un entretenido libro que explora porqué algunos momentos son más trascendentes y significativos que otros. The Power of Moments no sólo nos brinda claves para vivir una vida más rica e intensa, sino que además nos inspira a crear historias y momentos que sean más impactantes para los demás. Este tipo de ¨momentos» se pueden incluir en nuestros relatos, bien sea en una presentación al estilo TED, en una presentación de ventas, o en un trabajo de ficción.
En el arco narrativo de una historia, estos momentos representan esos puntos de inflexión al inicio de la trama que ponen en marcha los acontecimientos de nuestro relato. Pero también pueden ser el punto climático, en el que nuestra narrativa alcanza la máxima tensión antes del desenlace.
Cuatro Tipos de Momentos que Nunca Olvidarás
Según explican los hermanos Heath, este tipo de experiencias se pueden clasificar en cuatro categorías:
ELEVACIÓN. Hay momentos que siempre recordaremos por ser disruptivos: rompen con la rutina y nos sorprenden al aportarnos algo nuevo, sorprendente, fascinante e inesperado. Son esas experiencias sensoriales, como la de mi infancia en el cine, que exaltan nuestras emociones y siempre recordaremos como momentos extraordinarios. En nuestras vidas, muchos de estos momentos se agolpan en la infancia y en la adolescencia, por ser las etapas de nuestra vida cuando vivimos muchas experiencias por primera vez, como la de viajar en avión, el primer beso o el primer baile.
VISIÓN. ¿Quién no recuerda haber vivido momentos que han redefinido la comprensión del mundo que nos rodea o de la vida a la que aspiramos? Estos momentos pueden detonarse por factores externos pero conducen a una reflexión interna en la que pareciera encenderse una lucecita en nuestras cabezas. “Esta es la carrera que quiero estudiar” o “esta es la persona con la que voy a compartir el resto de mi vida” son ejemplos de este tipo de momentos. A priori pueden parecer más espontáneos y difíciles de crear, pero es posible inducir o plantar semillas para lograr ese momento de iluminación.
SUPERACIÓN. Uno de los arquetipos narrativos más emocionantes son las historias de superación de grandes retos o miedos, bien sea con tesón, inteligencia o destreza. Se refleja en esos momentos que nos llenan de orgullo por haber cosechado un gran logro, como completar una maratón, haber tenido un hijo o haber aprobado unas oposiciones. Estos momentos no son accidentales: para crearlos o vivirlos, es necesario trazar un plan o una serie de acciones que nos permitan ascender escalones para alcanzar la cima.
CONEXIÓN. Es mucho más probable que recordemos momentos especiales de conexión con los demás, que los momentos rutinarios en grupos o en soledad. Las celebraciones y convocatorias reafirman nuestra propia humanidad al incitar sentimientos de solidaridad y comunión. Así, recordaremos de manera perdurable asistir a la boda de un amigo, ir al concierto de nuestra banda de jazz favorita o participar en una manifestación en defensa de los derechos humanos. Estos momentos no suelen ser espontáneos ni inesperados, por lo que es más fácil crearlos para añadir intensidad e interés a las narrativas que creamos.
En resumidas cuentas, las experiencias más memorables son las que suscitan emociones. Han pasado más de treinta años pero recuerdo, como si fuera ayer, los sentimientos de aquel niño que fui. Nervioso por la transgresión de ir a ver una película clasificada apta para mayores de 14 años. Expectante por el silencio y la oscuridad que reinaba en el cine. Y sobre todo, conmovido por aquellos impresionantes actores que me hablaban desde la gran pantalla.
2 Comentarios
Excelente Columna, muchas felicidades.
Gracias Marisela. Esperamos que nos sigas en Facebook. Saludos