Historias Entre la Imaginación y la Realidad
Por José Luis Lobera • 31/01/2024 • Cine & TV, Comunicación
¿Qué ocurrió en realidad y qué fue fruto de la imaginación? Esta pregunta me asaltó hasta el final de Todos Somos Extraños (All of Us Strangers), la fascinante nueva película del director británico Andrew Haigh. El protagonista de esta fantasía romántica es Adam, un escritor que comienza a explorar en su trabajo las conversaciones que podría haber tenido de adulto con sus padres, y que nunca llegó a tener porque fallecieron en un accidente de tráfico cuando era niño. A la vez que mantiene estas conversaciones imaginarias con sus padres, Adam comenzará una relación sentimental con Harry, uno de los vecinos de su edificio.
Esta excepcional historia funciona por la tensión narrativa que crea entre los planos real e imaginario, una tensión que el espectador no logrará completamente descifrar hasta el final.
Así, mezclar elementos irreales con situaciones o contextos reales es una técnica que puede generar narrativas fascinantes y desafiar nuestra percepción de la realidad. No es una técnica fácil ya que, en manos inexpertas, puede causar confusión y frustración en nuestro público, sobre todo si nunca queda claro qué pasó de verdad en la historia y qué fue imaginado. Pero cuando se usa con inteligencia, puede crear una tensión narrativa envolvente y original.
Existen muchas maneras de crear historias entre la imaginación y la realidad. A modo de referencia, comparto algunos ejemplos que te permitirán usar esta técnica narrativa con éxito.
Cinco Tipo de Historias Entre el Sueño y el Suelo
1. El pasaje onírico. Muchas historias intercalan a lo largo de su narrativa episodios oníricos: sueños y pesadillas que ponen de manifiesto aspectos psicológicos, emocionales o simbólicos de los personajes y la trama. En estos pasajes, la realidad puede volverse borrosa, surrealista, simbólica o ilógica, reflejando la naturaleza no lineal y a menudo desconcertante de los sueños. A modo de ejemplo, la novela «El túnel», de Ernesto Sábato, presenta un pasaje onírico en el que el protagonista, Juan Pablo Castel, experimenta visiones y estados mentales confusos mientras enfrenta sus propias angustias y obsesiones.
2. El realismo mágico. Este estilo literario mezcla elementos realistas con elementos mágicos o fantásticos de forma que parece completamente natural y cotidiana para los personajes y el mundo narrativo. A menudo, el realismo mágico se caracteriza por la representación de lo extraordinario como algo común, sin que los personajes o el narrador reaccionen de manera sorprendida ante eventos mágicos o fantásticos.
Tal vez sea «Cien años de soledad» de Gabriel García Márquez, la referencia clave del realismo mágico. García Márquez narra la historia de la familia Buendía en el pueblo ficticio de Macondo, donde suceden eventos extraordinarios como levitaciones, lluvias de flores amarillas y personajes que viven durante siglos. El realismo mágico se entrelaza con la vida cotidiana de los personajes, creando un mundo donde lo extraordinario es tratado con naturalidad.
3. La fábula moderna. Las fábulas, en general, son historias cortas que utilizan animales, objetos inanimados o seres fantásticos como personajes antropomórficos para transmitir enseñanzas morales o lecciones de vida. Por ejemplo, en «Life of Pi», de Yann Martel, Pi Patel es un joven indio que sobrevive a un naufragio en un bote salvavidas junto con un tigre de Bengala llamado Richard Parker. La relación de Pi con el imaginado Richard Parker simboliza la lucha interna del individuo y la coexistencia de las facetas más salvajes y civilizadas de la personalidad.
4. La metaficción. Este recurso narrativo destaca la naturaleza ficticia de la obra en sí misma. Esto puede expresarse a través de la autoconciencia de los personajes sobre su existencia en una obra ficticia, la intervención del autor en la narrativa o la incorporación deliberada de elementos que desafían las convenciones narrativas.
Por ejemplo, en «Las mil y una noches», la narradora, Scherezade, cuenta historias dentro de historias para mantener su propia vida. La estructura en capas y la autoconciencia narrativa son elementos metaficticios. Otro ejemplo es «Adaptation», la película dirigida por Spike Jonze y escrita por Charlie Kaufman en la que la trama sigue al guionista Charlie Kaufman mientras intenta adaptar un libro para el cine. La película juega con la narrativa y se vuelve cada vez más autoconsciente, incluyendo a Kaufman como personaje en su propia historia.
5. La distopía. Este subgénero literario y cinematográfico de historias entre la imaginación y la realidad describe sociedades futuras en las que las condiciones de vida son extremadamente opresivas, indeseables o incluso totalitarias. A menudo, estos mundos imaginarios comentan sobre aspectos de la realidad política y social, y presentan características extremas que han llevado a la decadencia de la humanidad. Las distopías contrastan con las utopías, que representan sociedades idealizadas y perfectas.
La novela distópica por antonomasia es «1984» de George Orwell. Esta historia describe un futuro sombrío en el que un estado totalitario, liderado por el partido y su líder, Big Brother, controla cada aspecto de la vida de las personas, incluido el pensamiento y la memoria.«El cuento de la criada» («The Handmaid’s Tale») de Margaret Atwood es otro ejemplo de un futuro distópico en la República de Gilead, donde las mujeres fértiles son tratadas como propiedad del estado y utilizadas para procrear.
Historias entre la imaginación y la realidad como Todos Somos Extraños permiten a sus personajes centrales tener un arco más complejo y desarrollarse de una manera única. Te invito a que explores esta difícil técnica para cautivar, inspirar y ofrecer una experiencia narrativa rica, profunda y original en tus historias.
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