Las Claves de Una Gran Historia
Por José Luis Lobera • 06/06/2023 • Cine & TV
Entre los cientos de historias que consumimos a diario – desde una película a un anuncio publicitario – son muy pocas las que dejan una huella indeleble en nuestra memoria. ¿Te has parado a pensar por qué razón tenemos películas favoritas de las que recordamos todos los detalles, mientras muchísimas otras caen rápidamente en el olvido? ¿Cuáles son las claves que definen una gran historia?
La protagonista de My Fair Lady, Eliza Doolittle, es una florista callejera de los barrios bajos de Londres que, por un encuentro fortuito, se convierte en el blanco de una apuesta entre un experto de la fonética, el Profesor Henry Higgins, y el Coronel Pickering, un lingüista que ha estudiado los dialectos de la India. La apuesta consiste en convertir la pobre dicción de Eliza en la de una persona de la alta sociedad en el transcurso de seis meses. A lo largo de la película, la audiencia empatiza con la transformación de Eliza, quien a los ojos de sus educadores no es más que un experimento, y se deja seducir por el afán de superación y rebeldía de esta chica de barrio.
2. Mantén el interés. Stanton enfatiza la importancia de mantener al público interesado y comprometido a lo largo de toda la historia. Esto se logra a través de situaciones que despierten la curiosidad, así como a través de un desarrollo narrativo que genere tensión y mantenga el suspenso.
En el caso de My Fair Lady, la transformación de Eliza en una señorita no es un proceso sin obstáculos, ya que no pasa la prueba en su primera aparición pública en las carreras de Ascot (su entusiasmo hace que olvide lo aprendido y grite un divertido improperio al paso del caballo por el que apuesta). Además, a medida que Eliza comienza a desarrollar sentimientos por el Profesor Higgins, aparece un joven y apuesto pretendiente de la alta sociedad llamado Freddy Eynsford-Hill, quien representa una interesante alternativa para Eliza.
3. Sé sincero: Según Stanton, una gran historia debe ser honesta y auténtica. Es importante que las emociones y las motivaciones de los personajes sean genuinas, ya que esto hará que la historia resuene con el público de una manera más profunda.
Higgins, por ejemplo, es un hombre egocéntrico que se rehúsa a reconocer sus sentimientos por Eliza. E incluso al final de la historia, cuando por fin es consciente de que no puede vivir sin Eliza, nunca se convierte en un personaje romántico, y expresa su amor por Eliza desde la peculiar arrogancia que lo caracteriza. Su personaje canta:
¨Maldita sea, maldita sea, maldita sea,
Me he acostumbrado a su cara. (…)
Era serenamente independiente y contento antes de conocernos.
Seguramente siempre podría volver a ser así
Y aun así
Me he acostumbrado a su mirada.
Acostumbrado a su voz
Acostumbrado a su cara¨
4. No des lecciones, revela verdades: El director sugiere que, en lugar de tratar de enseñar una lección directamente al público, es más efectivo presentar verdades universales a través de la historia. Al revelar estas verdades, la audiencia podrá extraer sus propias conclusiones y reflexiones.
Sin duda, la moraleja de My Fair Lady es que el amor es una fuerza incontrolable que puede transformar a una persona y superar cualquier barrera social o apariencia física. También se puede interpretar como un recordatorio de que no debemos juzgar a las personas únicamente por su apariencia o posición social, ya que en su interior pueden albergar cualidades y potencialidades sorprendentes. Esta moraleja se destila de una forma muy velada, e incluso la escena final, en la que Eliza regresa a la casa del profesor Higgins, no tiene una conclusión clara y se deja a la interpretación de la audiencia. Eliza está enamorada pero sabe que Higgins nunca la tratará como a un igual, por lo que es muy probable que el final feliz de Eliza sea que abra una tienda de flores y se case con Freddy, en vez de quedarse con Higgins.
5. Utiliza la estructura de las historias: Stanton explica la importancia de la estructura en una historia y cómo los elementos como el inicio, el desarrollo, el clímax y el desenlace son esenciales para captar y mantener la atención del público. En el caso de My Fair Lady, el clímax es muy satisfactorio, ya que Eliza logra pasar por una princesa húngara en una recepción de la Casa Real. Cuando Higgins y Pickering se felicitan y celebran el triunfo, ignoran a una Eliza que se refugia desconsolada en la casa de la madre de Higgins.
En resumen, Andrew Stanton sostiene que las claves de una gran historia radican en generar empatía, mantener el interés del público, ser auténtico, revelar verdades y utilizar una estructura narrativa efectiva. Como dice Stanton en su presentación, ¨una gran historia debe ser inevitable pero nunca previsible¨.
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