The Only Story, una novela del escritor británicoJulian Barnes, es realmente una recolección de historias que viajan en el tiempo. El narrador es Paul, un hombre que, a los 19 años, inicia un romance con Susan, una mujer casada de casi 50, en la década de los 60 en Londres. Paul nos cuenta la historia desde la perspectiva de la edad adulta; en vez de seguir una narrativa lineal, la historia se desarrolla como la misma memoria de Paul, a golpe de fragmentos desordenados en el tiempo.
Las historias que no siguen una narrativa lineal son desafiantes para el lector o espectador. Nuestras mentes están acostumbradas a seguir narrativas a lo largo de un arco cronológico lineal, en el que una serie de acontecimientos se concatenan para crear tensión y eventualmente alcanzar un clímax y un desenlace. Es mucho más difícil para nuestro cerebro encontrar sentido en las viñetas que Paul narra sobre su historia de amor con Susan, ya que querrá ordenar cuándo ese romance nació, se consolidó y terminó.
La película de 23 minutos cuenta la historia de un niño de 5 años que se topa con una pistola y empieza a disparar a diestro y siniestro pensando que la pistola es de juguete. A los dos grupos se les pidió que alzaran la mano cuando oyeran la palabra “pistola” en la película y, de manera predecible, fue el grupo que vio la película de manera desordenada el que obtuvo un mejor desempeño. Las personas que vieron la película intacta quedaron tan prendidos de la historia que a veces se olvidaron del ejercicio.
Entonces, ¿cómo es posible conectar emocionalmente con las historias que no siguen una estructura lineal? Estas cuatro técnicas nos permiten viajar en el tiempo con nuestras historias de manera efectiva:
La Analepsis. La analepsis, normalmente referida como “flashback”, es una técnica narrativa usada en el cine y la literatura para intercalar secuencias del pasado en el desarrollo lineal de una acción, normalmente introducidas como recuerdos de los personajes principales. Ciudadano Kane (1941)es una de las grandes obras del cine en usar esta técnica de forma magistral. La cinta arranca con la muerte del magnate mediático Charles Kane (Orson Wells) y, a través de varios flashbacks a su infancia y ascenso a la fama, nos permite desvelar el significado de “Rosebud”, la última palabra que pronunció antes de morir.
En esta cinta, la analepsis es un recurso que nos permite crear suspense y tensión narrativa hasta revelar el gran misterio detrás de la palabra. En la siguiente secuencia, podemos ver el magistral uso de esta técnica, en un viaje a los días de infancia de Kane:
La Prolepsis.La prolepsis nos da información sobre el futuro desde el presente para obtener un anticipo de los hechos que ocurrirán más tarde. El uso de esta técnica puede realizarse a modo de “flashforward”, como una visión breve del futuro, o como una secuencia más amplia en forma de premonición. En todo caso, la prolepsis requiere mucha destreza narrativa para mantener la atención de la audiencia a lo largo de la historia, ya que desvela al menos parte del desenlace.
Por ejemplo, en la película American Beauty (1999), el personaje principal revela su destino desde los primeros planos: «Tengo 42 años y, en menos de un año, estaré muerto. Por supuesto, todavía no lo sé. Y en cierta manera, ya estoy muerto». A lo largo de la película, descubrimos las razones de su infelicidad y la serie de circunstancias que lo conducirán hasta la muerte.
El Efecto Mariposa. El efecto mariposa realmente no es una técnica narrativa, sino un concepto de la teoría del caos. Esta idea se sostiene en que, si introducimos una pequeña variación al inicio o desarrollo de dos situaciones similares, el desenlace será completamente diferente. Según lo formuló el matemático Edward Norton Lorenz, si partimos de dos mundos casi idénticos, y en uno de ellos hay una mariposa aleteando y en el otro no, a largo plazo las situaciones acabarán siendo muy diferentes: en uno de ellos puede producirse un tornado y en el otro no suceder nada en absoluto.
Una de las películas en mostrar las diferencias en estos mundos paralelos es Corre, Lola, corre (1998), en el que se presenta tres veces un periodo de tiempo de veinte minutos. La acción comienza siempre igual – Lola tira el teléfono al recibir una llamada de socorro de su novio – y sale corriendo de su apartamento, pero cada carrera se desarrolla de manera diferente y con resultados distintos.
En el caso de The Only Story, Paul cuenta su historia de amor con Susan usando la técnica de la analepsis, pero como las escenas retrospectivas no son tan repentinas y cortas como un “flashback”, caen bajo una categoría especial de analepsis que se llama el “racconto”, donde la colección de momentos pasados van progresando lentamente hasta llegar al punto de partida de la historia.
Sea cual sea el viaje que nos plantee una narrativa entre el pasado, el presente y el futuro, cabe recordar que solo conectaremos emocionalmente con la historia cuando seamos capaces de encontrarle un sentido. Lograr esa coherencia no es tarea fácil para el storyteller, que deberá siempre encontrar la dosis correcta de desorden o disrupción, sin sacrificar claridad ni creatividad narrativa.
No solo nos gusta contar historias, sino también vivirlas.
Como las que contaban los abuelos, o la de esa gran novela que leíste; vivirlas es imaginarlas, sentirlas.
Porque contar buenas historias en cualquier medio creativo o corporativo es un arte que nos apasiona, te damos la bienvenida.
1 Comentario
Excelente gracias