El Manual de un Aprendiz de Escritor
Por José Luis Lobera • 17/09/2021 • Literatura
Corría el verano de 1987. Estaba a punto de subirme a un avión para comenzar mis estudios universitarios en Estados Unidos cuando mi madre me sorprendió con el regalo más valioso de mi vida. Justo antes de salir hacia el aeropuerto, se despidió de mí con un beso y una tarjeta. La tarjeta contenía un simple mensaje: “espero tener muy pronto a un escritor en casa”.
Ese deseo de mi madre infló mi ánimo y alimentó mis sueños. Mientras estuve en la universidad, escribí algún que otro poema y entradas esporádicas en un diario. Pero pasaron mis 20, y llegaron mis 30, sin haber escrito ninguna pieza sustantiva de ficción.
Durante años fui víctima de la parálisis. Cada vez que me sentaba frente a la pantalla vacía del ordenador, me asaltaba la ansiedad y el miedo al fracaso. Me carcomía la posibilidad de que aquello que fuera a escribir no fuera lo suficiente bueno para interesarle a nadie. Mis amigos me llamaban un escritor frustrado. Cumplí los 40 sin haber escrito ni media cuartilla.
Hoy soy el editor de storyplot, un blog que contiene más de 100 artículos sobre cómo contar historias en medios creativos y corporativos. Además, estoy trabajando en mi primer libro de relatos. Llegó un momento en que algo hizo “click” en mi cabeza y las palabras comenzaron a deslizarse entre las teclas del ordenador. Fue un momento en el que solté el lastre del miedo y logré contagiarme del gusanillo de la escritura.
Si tienes inquietudes literarias y esta historia de ansiedad te resulta familiar, estos cinco consejos podrían ser parte del manual de un aprendiz de escritor.
Ajusta tus expectativas. Todo autor novel sueña con escribir una gran novela o libro de poesía, esa obra trascendental que lo convertirá en un escritor reconocido y premiado. Es bueno tener grandes aspiraciones, pero escribir es un ejercicio que se domina con el tiempo y dando pequeños pasos. Así, cuando te sientes por primera vez a escribir, es importante que te plantees metas realistas y de corto plazo.
Al igual que los bebés balbucean palabras sueltas hasta que aprenden a hablar con oraciones, tú tendrás que escribir textos cortos que te permitan descubrir tu voz como autor antes de acometer proyectos de gran envergadura. Yo, por ejemplo, comencé escribiendo historias de dos páginas, de unas 1,000 palabras, en las que experimenté con varios tonos y estilos narrativos. Puedes escribir desde una historia en la que abunde mucho diálogo, a un cuento en el que uses frases muy cortas. Pero, ante todo, siéntate ante el ordenador sabiendo que tu historia tendrá un principio y un final en el transcurso de una decena de párrafos. Con la práctica, irás desarrollando soltura y tu escritura madurará, como los buenos vinos.
Escribe sobre lo que conoces. Como escritor aprendiz, te resultará mucho más fácil crear historias con un arco narrativo lineal que estén basadas en personas, situaciones o lugares que te son familiares, frente a la creación de historias sobre las cuales no tengas ningún tipo de referencia. Esto no quiere decir que debas escribir de forma completamente literal; puedes crear nuevos personajes a partir de características de varias personas que conozcas, o desenvolver tu trama en una ciudad imaginaria que tenga elementos en común con una ciudad donde viviste. Tu escritura triunfará cuanto más auténtica y vibrante sea para el lector.
Adopta una disciplina. Fue Pablo Picasso quien dijo que no creía en las musas, pero que si alguna vez llegaban a visitarlo, le encontrarían trabajando. Tal vez ñeste sea el consejo más importante del manual de aprendiz de escritor: establece un patrón de trabajo regular – intenta sentarte a escribir siempre en el mismo sitio, los mismos días de la semana y a la misma hora – y tendrás más posibilidades de crear hábito y facilidad de escritura. Si en alguna de estas sentadas no te encuentras inspirado, escribe incluso tus ensoñaciones o pensamientos sueltos; aunque no te lo parezca, estarás practicando y afinando tu aptitud. Como fuente de inspiración, puedes acompañar esta rutina de una bebida favorita o de una música que te ayude a dar rienda suelta a la creatividad.
Entra en contacto con tus emociones. Muchos psicólogos recomiendan la escritura como una forma de terapia, y es que los mejores escritores revelan, a través de sus historias, sus emociones, percepciones e inquietudes más personales. Esto no quiere decir que escribir deba ser una expresión meramente emotiva, pero sí debes proyectar un punto de vista o una perspectiva única, con una voz original. En ficción y poesía, tu escritura fluirá en la medida que te permitas ser vulnerable sobre el papel. De hecho, cuando logras acceder a ese espacio emocional, más fácil te será transformar ideas y pensamientos en palabras.
Sé receptivo a la crítica constructiva. Para cualquier escritor con aspiraciones literarias, la prueba más difícil – y al mismo tiempo necesaria – es compartir la labor realizada en la intimidad con el mundo exterior. Recuerdo la primera vez que alguien leyó uno de mis cuentos en un taller literario: me sentí avergonzado y desprotegido, como si mi relato fuera a mostrarme desnudo y vulnerable frente a mis compañeros. Una vez pasado el bochorno, descubrí lo importante de compartir mi trabajo en un espacio seguro, donde en vez de sentirme herido o atacado, recibí comentarios constructivos y palabras de aliento. Al compartir tu trabajo con un lector de tu confianza, escucharás esa perspectiva externa que reciben los autores consagrados de sus editores, y que te permitirá convertirte en un mejor escritor.
¿Qué te ha parecido este manual de aprendiz de escritor? Al igual que recomiendo a la hora de dar presentaciones, no dejes de practicar, practicar y practicar para elevar tu escritura de nivel. En la medida que no te sientes nunca a escribir una gran novela, sino a plasmar una inquietud, emoción, o sentimiento, lograrás ir abriéndote paso en el mundo literario. Aún así, no es tarea fácil. Escribir es un arte solitario, que te exigirá concentración y constancia. Cuando tus fuerzas flaqueen, recuerda esta cita de Albert Einstein: “la lógica te lleva del punto A al B. La imaginación puede llevarte a todas partes.” Te deseo muchos felices viajes.
11 Comentarios
Hola, gracias por este bello proyecto.
Soy Silvia, colombiana, abogada y magíster en Estudios Interdisciplinarios del Desarrollo; me gustaría saber cómo son las reglas de este curso, qué costo tiene para saber si puedo aplicar, pues aquí nada dice al respecto.
Mil gracias
Hola Silvia, gracias por tu interés. Por el momento, storyplot no ofrece cursos de formación, aunque tenemos planes de ofrecerlos en un futuro. Por favor regístrate a nuestro blog y te mantendremos informada. Saludos.
Gracias x publicar quiero suscribirme
Hola Carlos, gracias por tu comentario. Puedes suscribirte en este enlace: https://www.storyplot.com/contacto/ Saludos.
Gracias por animarnos a escribir
Gracias, su página me inspira a seguir escribiendo
Suscribanme al Blog por favor.
Fascinante tu invitación ! me eshortas a viajar utilizando ese combustible, mi imaginación y plasmarlo sobre el papel.
Seguiré tus recomendaciones.
Excelentes consejos, que me los he leído y me han fluido un par de ideas para empezar a escribir, muchas gracias!
Genial la descripción sobre la parálisis que sentimos algunos para arriesgarnos a publicar lo que tenemos «atragantado». El reto es atreverse, claro, es fácil decirlo; yo me debato en esta suerte de «laberinto «… «El «tiempo pasa, nos vamos volviendo viejos (…)»
Me animan a hilar una idea guardada por mucho tiempo.