En este blog hemos explorado la anatomía de una historia, los tipos de historias que emocionan, el arte de construir diálogos, o la magia de perfilar personajes con los que podamos identificarnos. Pero, en esencia, ¿qué hace que una historia nos capture y tenga impacto? Descubramos las cinco C´s del lenguaje en una historia efectiva.
Como en cualquier comunicación, una buena historia sienta sus pilares en el lenguaje. Para ilustrar la importancia del uso efectivo del lenguaje en storytelling, leamos el arranque de esta historia que contó el escritor Jonah Lehrer para la serie de charlas The Moth. La historia se llama ¨Afección¨.
Era tarde. Estaba parado afuera de mi casa. Acababa de llegar desde el aeropuerto. Siempre conducía desde el aeropuerto. Y recuerdo mirar la puerta principal, sabiendo que una vez que la abriera, mi vida nunca volvería a ser la misma.
Esa mañana había estado en St. Louis dando una charla a 1,000 personas en el Centro de Convenciones. Justo antes de subir al escenario, recibí una llamada. Otro escritor había descubierto que fabriqué varias citas de Bob Dylan en uno de mis libros. Había sido fanático de Dylan de toda la vida y estaba familiarizado con las versiones aproximadas de lo que había dicho. Entonces, escribí esas aproximaciones para que parecieran mejor, como si realmente hubiera hecho mi tarea, y luego olvidé que estaban allí. Estas fabricaciones no fueron los únicos errores en mi trabajo; fueron simplemente los peores.
Recibí esa llamada entre bastidores y supe de inmediato que mi carrera había terminado. La gente habla de la vergüenza pública, de todas las personas malas en Internet, y es verdad. Hay personas malas en Internet, pero para mí, y solo puedo hablar de mi propia experiencia aquí, la vergüenza privada es mucho peor. Puedo apagar mi teléfono. No puedo apagar esos pensamientos sobre cómo lastimaría a las personas más cercanas, a las que más respeto. Esos son los pensamientos con los que voy a luchar por el resto de mi vida. Sobre todo, pienso en mi esposa.
Abrí la puerta y allí estaba ella, sentada en el sofá, con una coleta y su pijama. Había llamado desde el aeropuerto, diciéndole que llegaría temprano a casa, que tenía malas noticias, pero ahora tenía que darle todos los detalles sórdidos. Recuerdo la forma en que escuchaba y trataba de no llorar. Esa noche le dije que me dejara, que no era digno de ella y que nunca lo sería, que estaría triste por mucho tiempo y que se merecía mucho mejor. Pero ella se quedó, y porque se quedó, tengo una historia que contar.
Esta es una historia de revelación, en la que el descubrimiento del plagio marca un antes y un después en la vida del narrador. Este comienzo nos deja con ganas de saber qué pasó después, y en qué consistió esa transformación, gracias a un uso efectivo del lenguaje que podemos resumir en las siguientes cinco C´s, como técnica para recordarlo.
CLARO. El lenguaje de las historias que mejor conectan con las audiencias es sencillo, de tal forma que pueda ser comprensible para un niño de 10 años. Las frases de Lehrer, por ejemplo, no utilizan tecnicismos ni palabras complicadas; la acción es directa, muy descriptiva, y en cada momento queda claro quién hace qué, sin complejidad. Podríamos fácilmente resumir la historia a la de una persona con miedo y vergüenza de regresar a casa tras descubrirse que ha cometido plagio en uno de sus libros. El argumento y el lenguaje es transparente, a tal punto que a medida que escuchamos la historia nos podemos fácilmente imaginar las situaciones y los sentimientos del narrador.
CONCISO. Las frases cortas, usadas de forma estratégica, nos ayudan a dar claridad y a impulsar la acción en nuestras historias. En frases como “Abrí la puerta y allí estaba ella, sentada en el sofá, con una coleta y su pijama.”, Lehrer nos describe el encuentro con su mujer con los detalles justos para mantener la historia viva y relevante en nuestras mentes. La coleta y el pijama de la esposa denotan comodidad e intimidad como contrapunto a la conversación incómoda que el autor estaba a punto de entablar con ella. Así, las mejores historias son económicas y estratégicas con los detalles, y evitan el uso de la voz pasiva para generar dinamismo y protagonismo en la acción.
COHERENTE. La coherencia, o claridad de expresión, se manifiesta en la capacidad del contador de la historia de conectar ideas y de facilitar la compresión de su narrativa. Así, una historia coherente se caracteriza por frases de distintas longitudes y estructuras, con el uso correcto de la puntuación y con transiciones entre frases y párrafos como “así, por lo tanto, además, sin embargo, al mismo tiempo, etc.” Es importante que cada párrafo, como en el caso de la historia de Lehrer, desarrolle una sola idea o argumento, y que la información más importante se coloque al principio del párrafo. Una historia coherente también mantiene un tono y estilo similar de principio a fin, a no ser que esté en manos de un contador de historias experimentado que pueda cambiar de registro (por ejemplo, contando una historia desde las voces distintas de sus personajes) sin perder a la audiencia.
CONVINCENTE. Una historia convincente nos atrapa desde el primer momento, y nos interesa por seguir escuchando hasta su desenlace. Lehrer crea mucha convicción y tensión narrativa con esa imagen de él parado enfrente de la puerta de su casa, inmovilizado y aterrado de tener que enfrentar a su esposa. La historia nos convence por la humanidad que despliega el autor – lo que en un principio pareciera ser una historia sobre el fracaso profesional se convierte en una historia sobre lo que realmente nos importa, el amor y la afección de los que nos rodean, incluso cuando los fallamos. Para ser convincentes, las buenas historias tienen que sentirse tan auténticas como sorprendentes, y aunque sean de naturaleza fantástica, deben regirse por las reglas del mundo que hemos creado, amparadas por valores universales.
CREATIVO. El uso creativo del lenguaje, a través de simbolismo narrativo como la metáfora o la alegoría, es vital para crear riqueza y textura en nuestras historias. Si bien la historia de Lehrer no contiene mucho simbolismo al tratarse de una historia breve, factual y basada en momentos personales de su vida, podemos deducir que la puerta principal al inicio de la historia simboliza el miedo y a la vergüenza que siente el autor. O cuando dice “Puedo apagar mi teléfono. No puedo apagar esos pensamientos sobre cómo lastimaría a las personas más cercanas”, Lehrer construye una bonita contraposición entre el mundo real y el de los sentimientos.
Si bien es imposible transcribir toda la historia de Lehrer en esta entrada de blog, su relato avanza dando ejemplos de cómo, durante varios años, tuvo que reconquistar el afecto y la confianza de su esposa y de su hijos tras el plagio. Como muchas buenas historias, Lehrer cierra su historia con una emocionante moraleja:
Los mejores días para mí ahora son cuando la felicidad me toma por sorpresa: la alegría que le da a mi hijo ver los tipos de neumáticos en Costco; la fiesta de baile que se interrumpe cuando me doy cuenta de que mi hija sabe demasiadas palabras para Drunk in Love de Beyoncé; ese momento en cada comida donde las cosas se ponen tan desordenadas que dejas de notar el desorden y simplemente disfrutas de ver a un niño untar su pelo de mantequilla. Así es la vida familiar. A veces no puedes creer en quién te has convertido o de qué te estás riendo o dónde más quieres estar. Nuestras afecciones nos dan forma de manera divertida. Estoy agradecido de que me hayan dado forma. Aprendí sobre el amor. Mi familia me enseñó sobre el amor, y ese ha sido mi gran consuelo.
1 Comentario
Muy bueno!