Tienes que dar una presentación y te sientes preparado. Te has puesto en los zapatos de tu audiencia y has armado una presentación ajustada a sus necesidades, usando el poder de la narrativa para conquistarla con un componente emocional. Además, durante la exposición, planeas poner en práctica técnicas teatrales y trucos de presencia escénica que has aprendido en este blog.
Lo que tal vez te pueda estar causando más ansiedad es el apoyo visual a tu presentación oral. ¿Cuántas láminas debes preparar? ¿Debes usar gráficos o solamente fotos? ¿Cómo puedes cautivar a tu público con un diseño fresco y atractivo para evitar la temida “muerte por Powerpoint”, ese momento en el que la audiencia se desconecta por una aburrida y sobrecargada presentación visual?
Te tranquilizará saber que un buen apoyo visual a tus presentaciones no requiere que te conviertas en un experto del diseño gráfico. No hace falta que te compres las gafas de pasta ni que te inscribas en un curso acelerado de Photoshop: las mejores presentaciones hacen un uso muy simple y selectivo de las imágenes y gráficos que se proyectarán en la pantalla.
Bajo la máxima del menos es más, sigue estas cinco recomendaciones para componer imágenes y textos, bien sea en PowerPoint o en Keynote (el PowerPoint de Apple), que sean tan reveladores como impactantes.
Imágenes que Complementen tu Discurso. Las láminas de una presentación nunca deben incluir toda o la mayoría de la información que estás brindando. Como presentador, tu audiencia debe enfocar toda su atención en ti, y no en una pantalla donde lea lo que estás diciendo. Es más, la audiencia no registrará bien el mensaje que estás intentando comunicar al crearse una cacofonía entre lo que leen y lo que escuchan. Así, piensa en las láminas como una extensión de tus palabras, para incluir imágenes, gráficos o videos que den una nueva dimensión a lo que estás presentando. Cuanto más evocadora, simple y fácil de interpretar sea la imagen de tu lámina, más exitosa será tu presentación. Si, por ejemplo, estás dando una presentación sobre la amenaza del cambio climático, una imagen como ésta, en la que un oso polar parece estar a la deriva sobre un trozo de hielo, puede ser lo suficientemente elocuente para poner en contexto la grave situación que estás describiendo.
Un Mensaje por Lámina. Otro error que solemos cometer a la hora de preparar las láminas de nuestras presentaciones es la tendencia a querer incluir varios mensajes por lámina. Así, igual que cuando escribes un artículo te recomiendan que desarrolles tan solo una idea por párrafo, usa cada lámina para comunicar un solo mensaje. La sencilla maquinaria de nuestra mente te agradecerá que cada estímulo visual esté asociado a un solo concepto. Cuando hablemos de cambio climático con la imagen de nuestro oso polar, por ejemplo, podemos resaltar el año “2016” sobre la imagen cuando comentemos que fue el año más cálido de la historia, pero nunca debemos cargar la imagen con mucho texto, o varias ideas o puntos que apabullen a la audiencia.
La Regla de los Tercios. Esta sencilla técnica de composición fotográfica garantizará que tus imágenes ganen más interés, profundidad y equilibrio. Cuando vayas a preparar una lámina para tu presentación, divídela mentalmente en tres tercios con líneas horizontales y verticales. La imagen te quedará dividida en nueve partes iguales, y los cuatro puntos de intersección de esas líneas, los llamados “puntos fuertes”, serán los lugares más adecuados para situar los centros de interés de nuestra lámina, es decir, los sujetos y textos en los que queramos enfocar la atención de nuestra audiencia. En nuestra imagen, nuestro oso polar se sitúa en uno de esos puntos, rompiendo la monotonía que hubiera causado colocarlo en el centro de la imagen.
Uso del Contraste. Estamos tan acostumbrados a ver láminas completamente blancas como arranque en el software de PowerPoint que no suele ser una práctica común usar fondos de color oscuro con textos o imágenes en colores claros en nuestras presentaciones. Sin embargo, si lo piensas, es más fácil concentrarse en una idea escrita en blanco sobre un fondo negro que si vemos esa misma idea escrita en negro sobre una pantalla de un blanco resplandeciente. El balance de las luces y las sombras es una técnica de la pintura y la fotografía que también podemos trasladar al ámbito de las presentaciones para ganar profundidad con las imágenes o simplemente para ordenar ideas en un primer y segundo plano. Así, en nuestro ejemplo, la blancura del hielo, del oso polar y del «2016» resaltan sobre un cielo y un oceano en la gama de los grises.
El Tamaño Importa. Uno de los errores que solemos cometer cuando preparamos láminas para nuestras presentaciones es usar textos e imágenes pequeños y de poco impacto visual. Así, los tipos de letra que mejor funcionan en presentaciones son los más sencillos y rotundos, como “Arial” o “Gotham”, mientras que “Courier” o “Comic Sans” son mucho menos recomendables. Cuando incluyas imágenes de personas u objetos en tu presentación, escoge planos cerrados y grandes, preferiblemente de tan solo un sujeto, con mucho espacio limpio alrededor. Evita el «ruido» visual de imágenes con variedad de elementos pequeños y decántate por la simplicidad de un elemento visual contundente, que pueda acaparar tu atención, como nuestro solitario oso polar.
Si no te puedes permitir el lujo de comprar licencias para el uso de imágenes en servicios como Istock o Shutterstock, te recomiendo servicios de fotos con licencia gratuita como Unsplash o Pexels que no te quemarán un agujero en el bolsillo. Y no creas que tienes que convertirte en el rey del Photoshop para producir diseños atractivos; puedes recurrir a servicios como Info.gram o Easel.ly para la fácil creación de infográficos y Canva para la aplicación de textos sobre imágenes (este es el programa que yo he usado para trabajar con la imagen de nuestro oso polar). Nunca antes ha sido tan fácil cautivar a tu audiencia con diseños gráficos atractivos sin haber pasado por una escuela de Bellas Artes.
Con estos consejos y herramientas (y la dosis de buen gusto que ya tienes), ahora solo es cuestión de ponerse a practicar.
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