Es el formato que arrasa en comunicación corporativa. En el mundo de los negocios, las presentaciones al estilo “TED” ya han creado escuela, hasta tal punto que muchas empresas han acuñado la marca para describir una nueva manera de hablar de su trabajo, lejos de cargados powerpoints y mesas de reuniones. Con las charlas al estilo “TED”, las empresas han caído rendidas a la magia del storytelling.
Para entender el fenómeno, es necesario retroceder en el tiempo. En 1984, el arquitecto y diseñador gráfico Richard Saul Wurman tuvo la idea de organizar una conferencia que fusionara los campos de la Tecnología, el Entretenimiento y el Diseño (de ahí el acrónimo TED). En los 90, TED se convirtió en un evento anual en California, y durante la siguiente década, la serie de conferencias se conformó en una organización sin fines de lucro con presencia global y cobertura de todas las ramas de las artes y las ciencias. Con el eslogan “ideas que merecen la pena difundir”, las presentaciones, de 18 minutos como máximo, se distinguen por su vibrante narrativa y oratoria magistral.
Hoy las casi 2000 charlas que están colgadas en la red han alcanzado más de mil millones de visitas, y la organización se ha diversificado para producir libros, vídeos animados, premios, y hasta una serie de lecciones interactivas bajo el paraguas de “Ted-Educación”. Este año, Monica Lewinsky rompió una década de silencio con una sonadísima TED Talk titulada “El Precio de la Vergüenza”, y empresas como el Banco Galicia o Tenaris usan el formato como herramienta de fortalecimiento de equipos o de evangelización con su marca.
¿En qué radica entonces el éxito de esta fórmula? Las presentaciones al estilo “TED” son parte de una nueva cultura corporativa que valora la innovación, la flexibilidad y el entretenimiento. Estas son algunas de las razones por las que conquistan audiencias:
Dominio de la Narrativa. Las presentaciones al estilo “TED” siguen la anatomía de una historia, en la que el orador plantea una pregunta o tesis sorprendente al inicio para responderla o explicarla a lo largo de la charla. A diferencia de las presentaciones tradicionales, la presentación suele seguir un arco narrativo lineal y, en el caso de los oradores más carismáticos, un patrón que intercala repetidamente una situación actual con una situación deseada, al estilo del I Have a Dream de Martin Luther King. El presentador habla a la audiencia de pie sobre el escenario, sin apoyo de podio, teleprompter, tarjetas o presentaciones PowerPoint. El único recurso que se permite en este tipo de presentaciones es la proyección de unas cuantas fotos o imágenes de alto impacto visual, pero la atención se centra en el narrador de la historia.
Entretenimiento y Emoción. Según reportaba un artículo reciente de la revista dominical del New York Times, la ventaja competitiva de muchas empresas en la era de la robotización radicará en su capacidad de comunicar valores y emociones que nos identifiquen con ellas. Ya no basta vender o educar basándose solamente en proveer información: es necesario dar un paso más allá y contar historias que conecten con la audiencia. Las anécdotas personales, el humor o el manejo de la pausa son técnicas teatrales que caracterizan muchas presentaciones al estilo “TED”, como la de César Pérez Herranz que, coincidentemente, nos habla sobre “Por qué todo es una historia”.
Oratoria Apasionada. Los contadores de historias al estilo “TED” descartan el tono monótono de las presentaciones tradicionales e inyectan sus exposiciones de energía y creatividad. Como vemos en la presentación “Cómo afrontar los cambios” de Pilar Jericó, la manera de presentar refleja la personalidad y estilo personal del orador, con movimiento de manos, pausas para hacer énfasis y elevadas dosis de pasión y energía.
Este tipo de presentación no es adecuado para todo tipo de audiencias; si, por ejemplo, tienes que dar una presentación cargada de datos, cifras y referencias a una junta directiva, es muy probable que tengas que volver al PowerPoint. Pero si tienes la oportunidad de hablar sobre tu trabajo con audiencias más amplias y en contextos menos formales, las presentaciones al estilo “TED” son una divertida, refrescante y persuasiva manera de comunicar. Desde ya te reto a que hagas la prueba.
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